La victoria electoral de la fórmula presidencial del Frente de Todos, encabezada por Alberto Fernández y Cristina Fernández de Kirchner, el 27 de octubre de 2019, inyectó expectativa, tras cuatro años de gobierno de Mauricio Macri signados por el fuerte endeudamiento externo e indicadores económicos negativos.
El próximo miércoles se cumplirán dos años de aquel triunfo electoral en el que el binomio Fernández-Fernández se impuso por ocho puntos al integrado por Mauricio Macri y Miguel Ángel Pichetto, con la promesa de dejar atrás el tercer ciclo neoliberal que experimentó el país, esta vez, comandado por el gobierno de Cambiemos.
Con una cosecha de casi 13 millones de votos, el FdT venció en primera vuelta a la alianza PRO-UCR-Coalición Cívica y, con ello, sepultó el sueño de continuidad de Macri, quien se convirtió así en el primer presidente en ejercicio en no obtener la reelección, un hecho inédito desde la recuperación de la democracia en 1983.
Así, el peronismo en su nueva versión no solo recuperaba la Nación sino además la provincia de Buenos Aires, en manos de Axel Kicillof, que se impuso por amplio margen (52 a 38%) ante María Eugenia Vidal, quien hoy, dos años después, volvió a saltar la General Paz para candidatearse a diputada nacional por CABA en las legislativas del 14 de noviembre.
«Vamos a construir la Argentina igualitaria que soñamos, ese es el compromiso que asumo y ojalá que quienes sean nuestros opositores en estos cuatro años sean conscientes de lo que nos han dejado y nos ayuden a reconstruir el país de las cenizas», dijo Alberto Fernández en la noche de la victoria ante la multitud reunida en las inmediaciones del búnker emplazado en el Complejo Cultural C, en el barrio porteño de Chacarita.
Acompañado por Cristina Fernández; Kicillof; el líder del Frente Renovador, Sergio Massa; el referente de La Cámpora, Máximo Kirchner; y otros dirigentes de la coalición, el presidente electo convocó a construir «una Argentina solidaria, igualitaria, que defiende a la educación pública, a la salud, que privilegie a los que producen a los que trabajan».
El triunfo electoral del FdT coincidió con el noveno aniversario de la muerte de Néstor Kirchner, dato que Cristina no dejó pasar inadvertido aquella noche. «Nunca pensé que algún día para esta fecha iba a estar tan contenta, siempre me encuentra bajoneada pero hoy me encuentra con mucha alegría», dijo al recordar a su esposo fallecido en 2010.
En ese discurso, la exmandataria pidió a las «distintas vertientes del campo nacional popular que nunca más rompan la unidad que se requiere para enfrentar estos proyectos neoliberales que tanto dolor han causado», un concepto que para el actual oficialismo se resignificó tras la derrota en las últimas PASO y los debates posteriores.
Meses antes de aquel 27 de octubre de 2019, en un apacible sábado de mayo y en un hecho que analistas políticos definieron como «jugada política estratégica», Cristina Fernández sorprendió a propios y a extraños, al anunciar que no competiría por la Presidencia y postuló a Alberto Fernández, quien había sido su jefe de Gabinete y el de Néstor Kirchner.
El actual Presidente y CFK se conocían desde hace años, y tras un período de distanciamiento, supieron limar asperezas y recomponer el vínculo.
La jugada de Cristina Fernández trastocó el tablero electoral en un contexto político que distaba bastante del que se configuró luego, con la conformación del FdT que en las elecciones primarias de agosto anticipó su arribo a la Casa Rosada al superar por más de 15 puntos a JxC.
Esa abultada derrota desconcertó a JxC, y en particular al propio Macri quien, molesto con el resultado electoral, culpó a los argentinos y fue pasivo ante la feroz corrida cambiaria de esos días.
«Si el kirchnerismo gana, esto es solo una muestra de lo que puede pasar. Es tremendo lo que puede pasar», atemorizó a la población el entonces Presidente en un intento por evitar su caída definitiva en las urnas dos meses después.
A solo tres meses de asumir, la flamante administración del FdT debió reconfigurar su hoja de ruta y postergar aspectos centrales de su plan de gobierno para afrontar los efectos sanitarios, sociales y económicos sin precedentes que desató la pandemia de coronavirus.
«Cuidar a los argentinos» anteponiendo la vida a la economía fue el norte de la entonces incipiente gestión, como se evidenció en la acelerada reconstrucción del sistema sanitario y la implementación de una batería de medidas de contención social (IFE) y ayuda económica al sector productivo (ATP) para atenuar las consecuencias de la Covid-19.
«El Frente de Todos nació para incluir a todos los argentinos y a todos los argentinos estamos convocando», dijo Fernández en la celebración de 2019, y marcaba así el perfil dialoguista que le imprimiría a su gestión, materializado con la asistencia a los distritos gobernados por la oposición.
En ese escenario, el Gobierno, con avances y retrocesos, se concentró en el manejo de la pandemia y en sus casi dos años de gestión comenzó a desanudar la herencia dejada por Cambiemos.
La renegociación de la abultada deuda externa con acreedores privados, que busca ahora replicar con el FMI por los 44 mil millones de dólares prestados a Macri por fuera de las reglamentaciones del organismo; y la incipiente reactivación económica y baja del desempleo tras los efectos económicos que aparejó la pandemia son parte de esos avances.
A ello, se suma el plan estratégico de vacunación que, con la adquisición de casi 83 millones de dosis recibidas, permitió, hasta el momento, inmunizar al 53,7% de la población total con esquema completo.
Pero a pesar de los esfuerzos, el FdT no logró sortear en las urnas la suerte que también tuvieron otros oficialismos en el mundo por el impacto de la pandemia y tuvo una fuerte derrota en las primarias del 13 de septiembre.
Fernández informó rápidamente que había tomado nota del mensaje de la ciudadanía y se comprometió a trabajar para dar respuesta a las demandas expresada en las PASO.
«Escuchamos con respeto y mucha atención el veredicto de la gente; hay errores que hemos cometido y que no debimos haber cometido; de los errores aprendemos. Hay una demanda y a partir de mañana vamos a prestarle atención y resolver el problema que la gente nos plantea», prometió el Presidente en la noche misma de la elección.