Vergüenza e improvisación. Cualquier calificativo le cabe a la actualidad dirigencial
del básquetbol resistenciano.
La Asociación de Básquetbol de Resistencia (ABR) deambula por un mar de dudas, de falta de planificación y desnaturalización de un deporte que aglutina a muchos chicos que encuentran su lugar en el mundo. Una muestra más de este triste presente se vivió en el partido de vuelta de la semifinal protagonizada por Villa San Martín y Don Orione.
Acá no se discute al ganador que a la postre resultó merecidamente el equipo portuario. Lo que se pone en tela de juicio y exige una urgente revisión por parte de la Federación Chaqueña o la Confederación Argentina es la decisión adoptada por la Asociación para definir el ganador de una fase de play off. Impensada por donde se la observe, que no encuentra antecedente alguno en ninguna parte del mundo.
Es que el “invento” de parte de la ABR fue definir el ganador de la serie a dos partidos: ida y vuelta. En caso de que haya un ganador por encuentro la decisión adoptada fue apelar a la diferencia de tantos. Desde el inicio una incongruencia de criterio aceptada por los propios clubes participantes. Pero esa es otra discusión. Lo que se discute acá es cómo se resolvió la serie. Porque cada equipo ganó uno de los partidos correspondientes y ambos lo hicieron de visitante. Y ambos por diferencia de tres puntos.
Entonces, ¿cuál fue le decisión adoptada desde la mesa de control? Jugar un suplementario de cinco minutos con el marcador arrancando desde cero. Impensado, inconsulto e improvisado.
A tal punto que cuando finalizó el encuentro y el marcador indicaba una diferencia de tres puntos a favor de la visita y por lo tanto paridad en la definición a dos partidos jugados, la pregunta del millón se apoderó de los presentes: ¿Cómo se define? Y ahí surgió la genial idea de jugar un suplementario.
Eso sí, antes hubo consultas telefónicas de por medio y una mini reunión entre árbitros y mesa de control, mientras reinaba la incertidumbre. Acá no se cuestiona el resultado, sí la falta de planificación de la ABR. Un desacierto más. ¿Y van? Básquet querido, ¿en qué te están convirtiendo?