Las autoridades chinas llamaron este martes a la población a almacenar alimentos ante un crecimiento de casos de Covid-19 detectados en varias ciudades del norte del país y que activan las alarmas y hacen temer nuevos rebrotes.
Un aviso publicado en la web del ministerio de Comercio invita a «los hogares a almacenar cierta cantidad de productos de primera necesidad para hacer frente a las necesidades cotidianas y a casos de urgencia», informa la agencia de noticias AFP.
El mensaje no detalla el motivo de este llamado ni si el país está amenazado por escasez alimentaria.
Al menos 6 millones de personas fueron confinadas, especialmente en la ciudad de Lanzhou, a 1.700 kilómetros al oeste de Beijing
Las autoridades solicitaron además a los comercios y cadenas de suministro que faciliten el abastecimiento de alimentos, se facilite la producción agrícola, se vigilen las reservas de carne y verduras y se mantengan los precios de los productos agrícolas.
En el momento álgido de la epidemia de Covid-19 en China, a principios de 2020, las cadenas de suministro se vieron perturbadas por la aplicación de cuarentenas en numerosas partes del país y el bloqueo de muchas carreteras.
Uno de los portavoces de la Comisión Nacional de Sanidad, Mi Feng, calificó la situación de “grave y compleja”, con una “alta proporción de casos graves” entre los pacientes diagnosticados con Covid-19.
Según Mi, la situación se está desarrollando “rápidamente” y está afectando especialmente a personas mayores de 60 años.
Cerca de los Juegos Olímpicos de Invierno de Beijing de febrero 2022, el Gobierno quiere evitar una expansión de la epidemia y tomó medidas radicales tras la aparición de brotes esporádicos en el norte del país.
Al menos 6 millones de personas fueron confinadas, especialmente en la ciudad de Lanzhou, a 1.700 kilómetros al oeste de Beijing.
El número de casos es muy bajo comparado con otros países: 71 nuevas infecciones este martes y 92 el lunes, el valor más alto desde mediados de septiembre.
Además de las restricciones sanitarias, China se vio impactada en el verano boreal por fuertes inundaciones que castigaron la producción agrícola y empujaron los precios al alza.